¿Realmente mis problemas son tan importantes? Ver el mundo con perspectiva y vivir libre de estrés
- hjavalera
- Apr 20, 2023
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Palenque, Chiapas. Cortesía del autor
En mi vida jamás había vivido tantos cambios y retos tan difíciles como en la primera mitad de 2020. Me mude a otro país, con otra cultura y otro idioma. Mude a mi familia a otro país. A mi esposa y mi pequeña de año y medio. Aunque no cambié de empresa, cambié de rol con una nueva responsabilidad en un negocio que no conocía del todo. No habíamos acabado de asentarnos en la nueva ciudad ni había acabado de entender mi nuevo trabajo y hogar cuando vino el encierro de la pandemia. Y con ello todos los problemas personales y profesionales que seguramente tú también viviste. Así que el estrés del cambio y de la pandemia se juntaron para formar una tormenta perfecta.
Para verano de 2020, mi nivel de estrés llegó a tal grado que debido a los altos niveles de cortisol (hormona del estrés) perdí parcialmente la vista de mi ojo derecho. Una nube borrosa apareció en mi línea de visión quitándome la capacidad de leer o reconocer rostros y objetos. El doctor dijo que el cortisol había adelgazado la membrana impermeable de la retina y que agua había entrado donde se supone no debe entrar. La única forma de recuperarme era bajando los niveles de stress en los siguientes 4 a 5 meses o una intervención directa en el ojo. Después de unos cuatro meses recuperé la vista, pero ese evento me dejó profundamente marcado. Antes había tenido algunos problemas como falta de sueño, dolor de espalda y cuello debido al estrés, pero nunca algo tan serio o alarmante como la pérdida de la vista, aunque fuera parcial y temporal.
Durante el mismo periodo sucedieron varios eventos relacionados con la muerte o casi muerte de personas cercanas a mí. Graves accidentes, infartos, cáncer, muerte por COVID. No busco ser protagonista de lo que no soy. El punto es que estos eventos me hicieron reflexionar fuertemente sobre la fragilidad de la vida y lo insignificantes que pueden ser cosas a las que les damos demasiada importancia. Vemos el mundo a través de nuestra experiencia.
Nuestro punto de vista es todo lo que tenemos. Pero si tratamos de poner todo en perspectiva, somos un punto minúsculo en la historia del planeta y la humanidad. Uno entre unos 115,000 millones de seres humanos que han vivido en 160 mil años de historia. Una millonésima de grano de arena entre la inmensidad del universo y sus 100,000 millones de galaxias, cada galaxia con 200,000 millones de estrellas.
¿Son mis problemas realmente tan importantes? ¿Qué en este mundo es tan importante que merece tal nivel de preocupación como para absorber mi energía, poner en riesgo mi salud y mi capacidad de disfrutar de mi tiempo con mi familia? NADA.
Esta experiencia me permitió lograr una importante transformación. Redefinir mis valores y creencias, establecer prioridades de vida y enfocar toda la energía y tiempo en ellas. Desarrollar la capacidad de entender lo que es verdaderamente importante y trascendental. Dejar las preocupaciones y sólo enfocar la energía en la acción. Comenzar a deshacerte de los deseos y distracciones y en vez de perseguir las cosas, convertirte en un magneto y ver como las cosas llegan mí. Ahora, pocas situaciones logran sacarme de balance y hacerme enojar, molestarme o preocuparme. ¡Es un nuevo poder! No en un sentido mágico ni metafísico, sino en un sentido práctico. No le estoy pidiendo nada al universo, estoy absolutamente enfocado en mis objetivos y en tomar acción. ¡Los resultados poco a poco se van dando! Nada mágico.
Dejar las preocupaciones y sólo enfocar la energía en la acción.
Y tú, ¿qué opinas? ¿has tenido alguna experiencia similar? ¿tienes un punto de vista diferente?
Me encanto!!